Recibimos la extraordinaria oportunidad de diseñar y licenciar una escuela en Oporto. Básicamente se trataba de planificar el crecimiento de una guardería y una guardería y su ampliación para dar cabida al 1er ciclo de educación básica. Al final renovamos dos casas unifamiliares y ampliamos la construcción con un edificio nuevo. Logramos dotar al conjunto de una imagen única y en diálogo con la naturaleza. Siempre hemos tenido un propósito: ¡una escuela donde los estudiantes se sientan como en casa!
Escuela en Porto
Imágenes
El proyecto de arquitectura.
El objetivo del proyecto era rehabilitar parte de los edificios y construir otra parte desde cero. Evidentemente, también era fundamental dar coherencia al conjunto formado por espacios diferenciados. Por lo tanto, fue necesario rediseñar el jardín y lograr que estuviera presente en todos los espacios de la escuela. Al mismo tiempo, había que tener en cuenta un estricto control de costes para garantizar la sostenibilidad futura de la inversión.
El reto de dibujar para niños
Este fue posiblemente uno de los mayores desafíos que tuvimos como arquitectos. Pero el mayor desafío no provino de cuestiones técnicas, arquitectónicas, regulatorias o económicas. El mayor desafío surgió del hecho de que sentíamos que teníamos la obligación de diseñar para los niños. Cualquiera que eduque o enseñe, que tenga hijos o que viva habitualmente con niños sabe que este tema es fundamental y una tarea que nunca termina. Entonces nos hicimos la pregunta: ¿cómo dibujar para niños? Luego pensamos en los dibujos de los niños y en el simbolismo del concepto de escuela o de hogar que siempre comparten con nosotros. En realidad, por mucha modernidad que parezca, los niños siguen dibujando tejados y pintando árboles y flores al lado. ¡Eso fue todo! ¡Tuvimos que diseñar casas! ¡Tendríamos que dibujar un vecindario entero de ellos si fuera necesario! Además, la escuela se llama: ¡Casa do Cuco!
Un hogar para aprender
Básicamente, la escuela es sólo una casa donde aprendes. Pero teníamos que dibujar esta casa como dibujan los niños, de forma sencilla, elegante y con un trazo riguroso y preciso. Un rasgo que a veces incluso contiene algo de minimalismo. Sí, esa era la modernidad que queríamos. ¡Y el jardín tenía que entrar en todas las aulas! ¡Qué maravilloso debe ser poder aprender bajo un aula que nos recuerda a un dibujo con techo! ¡Y las ventanas tenían que ser de la altura de los niños y no, como siempre ocurre, de la altura gigantesca de los adultos! Esta tenía que ser arquitectura infantil.