Nos contrataron para diseñar una casa bioclimática y energéticamente eficiente en Baltar, Paredes. Para diseñar una casa ecológica tuvimos que tener en cuenta varios aspectos. El proyecto aprovecha las magníficas vistas sobre el valle. Al mismo tiempo, respetamos y preservamos un roble existente. En definitiva, fomentamos sistemáticamente la integración en el paisaje y la sostenibilidad medioambiental.
Casa amiga del medio ambiente
Imágenes
Respeto del entorno
La nueva construcción debe situarse en un terreno muy inclinado. También había que rehabilitar un pequeño edificio. La estrategia se basaba en crear una casa ecológica que se caracterizara por una integración máxima en el paisaje y una eficiencia energética perfecta.
Preservamos los árboles existentes
Un enorme roble sirve de guía a la casa y permite un excelente equilibrio térmico. Por lo tanto, acondicionamos y adaptamos la ubicación de la casa para que este árbol pudiera sobrevivir y aprovechar su presencia. Los robles dominan el territorio y generan un pequeño microclima de humedad bajo sus copas. Esta fue precisamente la estrategia que utilizamos.
El proyecto arquitectónico de la casa ecológica
La superficie de la casa se optimizó al mínimo para reducir costes, se introdujo luz cenital en todos los espacios, se aprovechó toda la inercia procedente de la masa terrestre, se utilizó una cubierta vegetal totalmente accesible y, sobre todo, se abrió toda la casa al paisaje del sur, debidamente protegido por una marquesina y un sombreado exterior.
La energía solar pasiva se convierte así en la principal fuente de energía de la casa. Así, al oeste, el porche y la escalera garantizan un cómodo acceso en coche y a la cubierta del jardín.
En el interior, el salón y la cocina se comunican directamente y se separan de forma flexible mediante paneles. La luz natural inunda los espacios y el granito interior. Los dormitorios y salones se abren al paisaje con amplias vistas.
Fuera y dentro, la naturaleza siempre está cerca. Básicamente, para que todos no olvidemos que el gran roble ya estaba ahí antes de que llegáramos nosotros, y seguirá estándolo.